El juego BDSM tiene la gran virtud de llegar a ser muy adictivo, y realmente quien lo ha vivido en su plenitud, si dice que puede vivir sin el, bajo mi punto de vista «miente», y si verdaderamente lo consideramos como un juego sexual cualquier práctica de sexo vainilla se queda en eso, algo totalmente vainilla y sin sabor.
¿Por qué ocurre?, bien, no debemos olvidar que la gran virtud del juego BDSM es sin duda que ponemos en marcha mecanismos tanto físicos como mentales. En el sexo convencional funciona mucho más la parte física que la mental y una cosa nos lleva a la otra, con un grado de excitación alto si, pero la parte mental rara vez está presente a no ser que se trate de algún juego o fantasía especial.
En el juego BDSM por muy pequeña que sea la sesión siempre estamos alerta de muchos factores, la parte dominante tiene que currarse el disfrute de su sumisa o sumiso y la parte sumisa siempre debe estar alerta para que su entrega sea perfecta y tenga significado para ese juego.
En las sesiones he tenido comentarios de todo tipo, desde «que bien duermo por la noche después de una sesión con usted» a ¿Y ahora quien vuelve al sexo vainilla? y si debo hablar por mi os diría lo mismo.
Otro de los factores para mi altamente positivos del juego BDSM es sin duda el ir siempre rompiendo límites, aquellos marcados en un principio suelen ir cayendo poco a poco a ritmo lógicamente de unas buenas sesiones y sin nunca olvidar una mejor comunicación entre ambos. Todo lo contrario de lo que vivimos en el sexo vainilla, si tu mujer te dice «por este agujero no entras» te aseguro que la mayoría de los mortales no entramos.
Como siempre recomiendo hay que probar, hay que vivir, hay que saber que estos cuatro días que vivimos se pasan en un instante y que debemos al menos experimentar sensaciones que nos hagan estar vivos, no debemos conformarnos con meterla y sacarla, debemos luchar por vivir en plenitud.
Y el BDSM mi querido lector es esencialmente eso.
Feliz dia
Dhanko
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