Cuando se habla de cuerdas sobre un cuerpo la mente asimila inmovilidad, aprisionamiento, esclavitud… incluso muerte. Sí, cierto es todo eso, pero la mente va más allá, el efecto del pensamiento hacia esos adjetivos hacen sentir el dolor y ese dolor de la imagen que ofrece la mente lleva a tener una visión muy negativa.
Veis? Sin saber lo que es, sin tan siquiera haberlo probado se podría decir que “no” cuando alguien se acerque con una cuerda entre sus manos. Pero cuando has vivido el placer y éste ha sido posible gracias a una cuerda, la cosa cambia completamente, olvidamos las imágenes de esclavos desconocidos atados, olvidamos ahorcamientos, olvidamos historias y nos quedamos con la experiencia, con lo que ella nos ha hecho vivir, con las sensaciones, con la libertad de sentirnos atados al placer, con una inmovilidad diferente. Con la reflexión como: “con toda seguridad para mí hablar de cuerdas es hablar de mi libertad…”
luna {Dk}
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