Según wikipedia.

Shibari_vHistoria del Shibari

Inventada como una técnica de sutil y muy codificada forma de tortura y apresamiento de prisioneros, que solo podía ser ejecutada y enseñada por un guerrero samurái,el shibari se construía por etapas, con una considerable atención a los tiempos: primero se inmovilizaba el tronco, luego nalgas y vientre, y finalmente se inmovilizaba el cuerpo en su conjunto.

En el siglo XV Japón estaba inmerso en una era de dictadura y guerras conocido como periodo Tokugawa, denominado así por el gobernador Tokugawa Ieyasu(1542-1616). Ya antes de ese periodo existían diversas formas, fuertemente ritualizadas, para atrapar e inmovilizar por medio de cuerdas a un samurái enemigo en el mismo campo de batalla. Posteriormente, un código punitivo de 1542 regulaba el uso de cuerdas en la tortura y apresamiento de enemigos y criminales. Existían cuatro formas básicas, que incluían la humillación y la incomodidad (hasta la tortura) para los prisioneros. Estas penas desaparecieron con el reino Tokugawa. En el período Edo (1600-1878) se desarrolló un arte marcial, llamado hobaku-jutsu, cuyo objetivo era atrapar y mantener retenidos a enemigos o criminales por medio de cuerdas. Se desarrollaron técnicas muy precisas para lograr este fin (a veces cada comunidad rural y cada familia de samuráis tenía las suyas), de modo que al exponer en la plaza pública al prisionero maniatado o colgado, la gente podía, observando la forma de las ligaduras y el tipo de cuerda, deducir la clase social del reo, el crimen que se le imputaba y a veces, también, su edad y profesión.

Muchos expertos opinan que Hojojutsu (también así llamado) es el auténtico precursor del shibari, y por tanto del bondage. Durante cientos de años, la policía japonesa (nutrida de la clase más baja de samuráis sin empleo tras el final del periodo de los Señores de la Guerra) empleó esas técnicas secretas (nadie que no fuera de la casta guerrera podía ver su ejecución) para inmovilizar a los criminales. Debían seguir tres normas inviolables al ejecutar un Hojojutsu:

  • El prisionero no debía sufrir daños permanentes
  • El prisionero no debía poder escapar
  • Nadie que no fuera de la casta samurái, debía presenciar su técnica.

Aún hoy en día, la policía nipona sigue practicando sistemas de lucha como el Taihojutsu, que incorporan antiguas técnicas Hojojutsu para los atamientos.

Hacia finales del periodo Edo aparece la primera documentación sobre el shibari o bondage propiamente dicho, en forma de imágenes donde se muestra el uso de la cuerda con fines eróticos, posiblemente como consecuencia de la apertura del Japón medieval al mundo occidental, tras la rotura por parte de las armadas ruso-americanas de su secular aislamiento. Parece ser el castillo de Matsumoto donde se puede probar la existencia de los primeros dibujos señalando el paso del shibari de técnica marcial y de tortura a práctica de refinada sensualidad. La documentación sobre el bondage japonés anterior a ese momento es muy escasa, aunque se menciona en la literatura popular.

Después del shock colectivo que representó para los japoneses la pérdida de la guerra, y con el reafianzamiento de las tradiciones históricas niponas, a partir de la década de los 60, el shibari vive en Japón un periodo de esplendor, que sigue perdurando. Los grandes maestros de las diferentes escuelas, realizan exhibiciones en teatros y salas, gozan de una altísima consideración social y tienen innumerables fans deseando ser su dorei (sumisa/o, esclava/o), considerándose un honor ser sometido a un shibari por parte de uno de los maestros del arte. (Sanchidrian, Isacio. Apuntes de Kinbaku, 1999)

Introducción a las prácticas

Pese a hundir sus raíces en técnicas de tortura, el moderno arte de los juegos eróticos con cuerdas no es en absoluto cruel ni violento. Se trata de una práctica totalmente consensuada, con técnicas y límites definidos. Tanto el shibari como el bondage, han desarrollado estéticas y técnicas propias.

Los japoneses utilizan tradicionalmente cuerdas de arroz o/y yute por sus características de manifiesta rugosidad, pero también se pueden usar cuerdas de algodón de 8 a 12 mm de diámetro y de entre 6 y 15 metros de largo.

El arte japonés del encordamiento

El bondage japonés o shibari, totalmente opuesto a los cordajes de orientación occidental, se construye por etapas, con una considerable atención a los tiempos: primero se inmoviliza el tronco, luego las nalgas y el vientre, y finalmente el cuerpo en su conjunto.

Como parte básica de nuestro equipamiento necesitaremos una o dos cuerdas de 7 u 8 metros. El contar con algunas cuerdas cortas, de tres o cuatro metros, rompe la ortodoxia del bondage tradicional pero nos ayudará mucho al comienzo.

Las 3 prácticas básicas son:

  • Shinju: bondage de senos – las perlas.
  • Sakuranbo: bondage de nalgas – las cerezas.
  • Karada: bondage corporal entero – el cuerpo.

Shinju – Las perlas

3 cuerdas cortas o una larga y una corta

1. Envuelve el tórax con una de las cuerdas, bajo los senos, manteniendo una presión constante. Anuda la cuerda en la espalda, a la izquierda de la columna vertebral.

2. Repetir la operación con otra cuerda, pero justo sobre los senos, a no ser que se emplee una sola cuerda para todo.

3. Doblar la cuerda 3 y pasarla bajo las otras entre los senos, cruzándola una o dos veces y luego llevarla hacía la espalda formando una V. Tensar la cuerda a fin de sostener y erguir los senos. Anudar nuevamente la cuerda a la espalda, pero no sobre la columna vertebral.

4. La presión mantenida sobre los senos, los irá haciendo cada vez más sensibles, junto con la estimulación de los puntos del shiatsu.

Sakuranbo – Las cerezas

De una a tres cuerdas

1. Se toma una cuerda, se dobla y se hace un nudo simple para pasar un bucle. El bucle se realiza bajo el ombligo, se enlaza el talle y se pasa los extremos de la cuerda por el bucle.

2. Volver a descender con la cuerda hacia el sexo, pasándolo entre los labios mayores, en el caso de una modelo femenina.

3. Volver a subir entre las nalgas y anudar a la cuerda que ciñe el talle.

Las otras dos cuerdas se enrollan en torno a ambos muslos, bajo las nalgas, atando sobre el exterior del muslo, dejando unos 30 cm libres. Con ese trozo, se sube hacía la espalda y se anuda a la de la cintura. El nombre de esta técnica proviene de la forma de ambas cuerdas alrededor de los muslos, que evoca un par de cerezas.

Karada – El cuerpo

Se precisa una cuerda larga

1. Se pliega la cuerda en dos, y se pasa alrededor del cuello, dejando caer ambos cabos a cada lado del cuerpo.

2. Hacer un nudo justo por encima de los senos, otro entre los mismos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y el cuarto entre el ombligo y los genitales.

3. La cuerda se pasa entre las piernas, subiendo lo largo de la columna y pasando los extremos por el bucle del cuello, dejándolos colgar de nuevo hacía abajo.

4. Ahora se separan ambos extremos y se traen sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.

5. Se los cabos bajo las cuerdas, y se vuelve sobre la espalda, haciendo un nudo.

6. La cuerda se pliega en dos, pasando alrededor del cuello, dejando caer un trozo por delante de cada lado del cuerpo.

7. Hacer un nudo justo por encima de los pechos, otro entre los pechos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y un cuarto nudo entre el ombligo y el sexo.

8. Pasar la cuerda entre las piernas, subir a lo largo de la columna vertebral y pasar ambos cabos por el bucle del cuello (también puedes empezar de nuevo hacia la espalda, antes de pasar los cabos por el bucle).

9. Separar ambos cabos, traerlos sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.

10. Se pasan los cabos bajo las cuerdas y se llevan a la espalda para pasarlos por el bucle de la espalda.

11.Se comienza de nuevo esa misma operación (9 y 10) hasta el fin de la cuerda.

Precauciones

  • Cuando se pasa rápidamente una cuerda sobre la piel, debemos protegerla para evitar quemaduras.
  • Es conveniente tener siempre al alcance de la mano unas tijeras que puedan cortar la cuerda en caso de emergencia.
  • Jamás se pasa un lazo apretado alrededor del cuello de la modelo.
  • Es preciso comprobar regularmente las extremidades sujetas a un shibari, para comprobar que las cuerdas no están demasiado apretadas.
  • Una palabra de seguridad es conveniente, en especial si el maestro carece de experiencia en el arte del shibari.
  • No se debe practicar shibari con modelos que presenten presión baja extrema, problemas cardiorrespiratorios o de circulación.
  • Y siempre debe recordarse: no se trata de un simple jugar a las cuerditas. A veces, las sensaciones que una modelo puede experimentar durante una sesión de shibari pueden llegar a niveles insospechados y rozar los límites de lo mágico. Se ponen en marcha “resortes” que conectan al individuo con su lado más oculto y protegido: un terreno inexplorado que conviene estudiar con ánimo tranquilo y tiempo abundante. La modelo, las cuerdas y el maestro, forman un “triángulo mágico” cuyo resultado puede ser unas gratificantes horas, un tiempo de increíbles emociones… o el éxtasis.

(Sanchidrian, Isacio. Apuntes de Kinbaku, 1999)