Como siempre que me lo ordenas, mi Amo, te ofrezco mi desnudez mietras duermo a tu lado, obteniendo con ello el placer de sentirme libre y sin ropas
que impidan sentir tu calor. Anoche me lo pediste y te obedecí con agrado, como siempre. Pero esta noche he podido observarme yo misma, recuerdo que mi alma abandonó mi cuerpo y se dispuso a vigilar desde lo alto, desde allí pude ver un cuerpo débil, una piel que cubría con más o menos perfección, órganos, huesos, músculos, carne, venas, sangre… un cuerpo como tantos otros pero sin vida, sin fuerza, y recuerdo que te preguntaba:
– Qué te atrae de esa mujer que tienes al lado? – Y me respondías:
De ese cuerpo… NADA porque yo amo la esencia de quién lo habita, el coraje, el genio, la fuerza, lo que piensa, su intelecto, lo que dice y lo que calla, lo que transmite con su mirada, lo que vive, lo que siente… Ese cuerpo solo me ofrece conectar contigo, de otro modo sería imposible encontrarte, así que vuelve a habitar tu cuerpo y no salgas de ahí nunca más.
Por eso, esta mañana desperté pidiéndote un abrazo, rogándote sentir tu dominio, tu voz, tus ganas de vivir, de disfrutar, de amar… necesitaba que me reconocieses y hacerte saber, por si no había sido un sueño, que yo soy ese
ser que siempre estará contigo y que jamás te abandonará, esa alma que
camina contigo y que, de no ser por ti, no habría vuelto esta noche…
luna {Dk}
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