Buenas y lluviosas tardes aquí en Manresa amig@s, hoy y fuera de mi forma de funcionar de los últimos tiempos, quiero compartir este articulo un tanto especial.
No recuerdo si últimamente os he hablado de los proyectos literarios en los que estoy inmerso (nada menos que tres) y uno de ellos y quizás el que será el más lejano en ver la luz, narra la historia de un buen amigo, excelente Amo que se convirtió en sumiso.
Ayer mientras tomábamos un café por la tarde para seguir tomando apuntes de lo que será el libro, estuvimos hablando de si un Amo podía ser masoquista, ¿qué opináis?.
Preguntado así, quizás no tenga sentido o suene raro, pero dentro de una historia real como la de Julio (mi Amigo con mayúscula) tiene todo el sentido del mundo.
Ser masoquista fue el primer detalle por lo que descubrió su faceta sumisa, la necesidad imperiosa de sentir dolor en momentos puntuales del día era más fuerte que su deseo de dominar a una sumisa. Me contaba, que cuando escribía (es periodista) tenia que hacerlo con pinzas de las que se usan en oficina para sujetar los bloques de folios en sus genitales, si no era así, le costaba concentrarse y ni que decir de cuando necesitaba tener placer sexual, sin dolor aplicado… los orgasmos nada tenían que ver.
Os preguntareis si tenia sumisa durante aquel tiempo de descubrimiento y no, no tenia una sumisa como tal, pero si que funcionaba como Amo con una amiga común que tenia relación estable, pero que de vez en cuando funcionaba como sumisa con Julio (y siempre con el permiso de su pareja, amigo común también).
El no poder hacer que el dolor estuviera siempre presente en las sesiones que el practicaba como Amo, fue lo que le decanto a convertirse en sumiso, rol que actualmente y según sus palabras “no cambiaría por nada del mundo”.
Lo realmente increíble de esta historia (y cuando tenga listo el libro lo entenderéis), es que a mi personalmente me ha hecho bailar toda mi concepción lineal que tenia del BDSM y reafirmarme en que el BDSM es un traje a medida de cada persona o pareja de juegos.
Hoy en día Julio es enormemente feliz en su faceta de sumiso, vive el BDSM en plenitud con su pareja (ella es su Ama) y ha creado su propio BDSM donde puede explotar su faceta masoquista y saber que siempre está presente. No le gusta en exceso algunas prácticas estandarizadas de su rol pero si las admite porque le compensa todo lo demás.
Sin duda queridos amigos, un ejemplo a seguir.
Recuerdo que cuando realizábamos las fiestas y talleres donde llegábamos a juntar a más de cincuenta parejas (alquilábamos una villa en Sitges – Barcelona) y preguntábamos los roles de los hombres, el 100% eran dominantes, ahora bien… cuando salían las Amas y los invitaban a jugar con el juguetes BeDeSeMeros (cruz de San Andrés, potro, etc) la cosa ya cambiaba. Con esto que quiero decir, pues simplemente que debemos dejarnos de prejuicios y sentirnos libres en vivir y sentir, en disfrutar rompiendo tópicos absurdos y que os aseguro que finalmente no nos dan la felicidad.
Dhanko
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